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Recopa 95


Final de la Recopa 95

El Real Zaragoza a la temporada siguiente conquisto el brillante título europeo, tras eliminar al Gloria Bistrita, Tatran Presov, Feyenoord, Chelsea y ganar en la final al vigente campeón Arsenal.
AEl partido se celebro el 10 de Mayo de 1995 en el Parque de los Príncipes de París. Alineación: Cedrún, Belsué, Cáceres, Aguado, Solana, Nayim, Poyet, Aragón, Higuera, Esnáider y Pardeza. Fue bastante igualado el partido pero cuando todos pensaban que iba a acabar la segunda parte de la prorroga y se irian a los penaltis.....
Apenas quedaban 20 segundos, 30 a lo sumo. Habían tenido más opciones de ganar, pero los ingleses eran duros, bien lo sabía él, que durante cinco temporadas había jugado en su Liga. Otra vez asomaban los penaltis, como el año anterior en la final de Copa. Ahí estaba Andoni con el balón en las manos. Lo golpeó con fuerza, pasado el centro del campo. Hubo un rebote y la pelota llegó hasta él. La dejó botar y, mientras lo hacía, observó como Miguel y Juan intentaban desmarcarse. Demasiado cerca del fuera de juego como para intentar pasarles el balón, pensó. Miró entonces hacia la portería de los ingleses. Vio a Seaman algo adelantado, como era habitual en él. Le había visto así muchas veces cuando vestía la camiseta del Tottenham y se enfrentaba al Arsenal, en esos duelos a muerte entre eternos rivales. Recordó también aquellas apuestas con Paul Gascoigne. Solían colocar un cubo a unos 50 metros y competían a ver quién introducía más veces el balón. Casi siempre le ganaba a su gran amigo. ¿A cuánto estaría ahora la portería del Arsenal? Posiblemente a esa distancia, quizás algo menos. No lo pensó más. Golpeó hacia arriba. El balón salió desde sus botas con un brillo especial. Se elevó, voló y se alzó entre las nubes para bajar con la precisión exacta para impedir que Seaman pudiera reaccionar a tiempo. Lo que vino después fue la locura. Uno de esos momentos en que realmente, por unos instantes no importa nada en el mundo. El gozo te llena por dentro, no hay mejor sentimiento que este. La sensación de elevarte, igual que aquel balón sobre el cielo de París.
Nayim terminó sus días de azulgrana con el regusto amargo de quien posee las cualidades suficientes para triunfar en el Barça pero al que las diferentes circunstancias -entre ellas una grave lesión que le apartó durante ocho meses de los terrenos de juego- le obligaron a emigrar. Lo hizo a Inglaterra, prueba fortuna en la Premier. Y acabó regresando a España para llevar al Real Zaragoza al triunfo más importante de su historia. Fue con ese gol caído del cielo, un gol nacido en el corazón de La Masia. "Los Héroes de París"
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